Gasto y ahorro ¿En equilibrio?

Para algunos ahorrar significa hacer un sacrificio, para otros es un medio para alcanzar sus metas. Responde diez preguntas para identificar tus patrones de consumo y ahorro, y cómo éstos inciden en tus finanzas.

  1. ¿Cuánto de tu ingreso mensual destinas al ahorro?
    1. Más del 20%.
    2. Lo que me sobre después de mis gastos.
    3. Ninguno, no me alcanza.
  2. Consideras que el ingreso que recibes actualmente:
    1. Me permite destinar un monto fijo al ahorro.
    2. A penas me permite cubrir mis gastos.
    3. No me alcanza, acabo pidiendo prestado para terminar la quincena.
  3. Recibes dinero que no esperabas recibir (te pagaron un préstamo que considerabas perdido o recibiste un bono de productividad en tu trabajo), qué haces con ese dinero:
    1. Lo ahorro.
    2. Lo destino al pago de deudas.
    3. Celebro yendo de compras o, de paseo con mi familia o amigos.
  4. Es cumpleaños de un amigo, le regalas algo que:
    1. Aunque no cueste mucho, sé que le agradará.
    2. Me alcance con el dinero que tengo
    3. Sin importar cuanto cueste sé que lo sorprenderá.
  5. Tu cuenta de teléfono, luz, agua o gas es mayor de lo que esperabas:
    1. Nunca.
    2. A veces.
    3. Siempre.
  6. Si hoy te quedarás sin trabajo cuánto tiempo podrías sostener tus gastos:
    1. Más o menos tres meses.
    2. Un mes.
    3. Ni una quincena.
  7. Antes de comprar un producto, analizas:
    1. Precio y calidad.
    2. Calidad.
    3. Que tan llamativo es/que esté de moda.
  8. ¿Cada mes o cada quincena planeas los gastos que vas a realizar?
    1. Sí, siempre hago un presupuesto: registro mis ingresos y gastos.
    2. Sí, llevo un registro mental de mis gastos.
    3. Nunca.
  9. Vas con unos amigos o familiares a comer, a la hora de pagar:
    1. Siempre nos repartimos la cuenta.
    2. Algunas veces invito la cuenta cuando mis ingresos me lo permiten.
    3. Siempre invito la cuenta aunque tenga que pagar con tarjeta de crédito.
  10. Ahorras en:
    1. Una cuenta de ahorro, cetes o Afore.
    2. Tandas o debajo del colchón.
    3. No ahorro.
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10-16 puntos: Haz domesticado tus ahorros.
Esto significa que sin importar qué tan pequeño sea tu ingreso, destinas siempre un porcentaje fijo al ahorro. Planeas con cuidado tus gastos cuidando no excederte y evitas cualquier compra que aparente ser superflua. Pero ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre: ten cuidado en no convertirte en un tacaño. La diferencia entre un tacaño y un ahorrador es que este último ahorra persiguiendo sus metas, el primero no las tiene. Un ahorrador disfruta de una compra que venía planeando desde hace tiempo; un tacaño sufre ante cualquier acción que implique desprenderse de su dinero. Un buen ahorrador, al hacer una compra no sólo se fija en el precio, también en la calidad, pues sabe que a veces lo barato sale caro. Si ya tienes un monto considerable de ahorro, pierde el miedo y comienza a invertir en opciones como fondos de inversión que te permitan alcanzar metas a mediano y largo plazo.

17-23 puntos: Estás en la cuerda floja.
Ahorras cuando puedes y lo que te sobra. No llevas un registro escrito de tus ingresos y gastos, esto muchas veces te hace perder las cuentas. Si bien procuras llevar tus deudas en orden, cualquier imprevisto (una enfermedad o quedarte sin empleo) puede desbalancear tus finanzas y alejarlas de las metas que te has trazado. Esfuérzate por hacer del ahorro un hábito y destina una cantidad fija a este concepto: esto le dará mayor estabilidad a tus finanzas. Una última recomendación: ahorra en instituciones financieras autorizadas como los bancos, ahí tu dinero está seguro y no corres el riesgo que te lo roben como en una tanda o debajo del colchón.

24-30 puntos: Eres un despilfarrador.
¡Cuidado! te encuentras en una situación que fácilmente te puede conducir a la bancarrota. No escatimas en gastos y compras todo aquello que llama tu atención, sin importar si es útil o necesario. Por supuesto, gastas más de lo que ganas, esto se traduce en deudas fuera de control. Este comportamiento se repetirá mes a mes mientras no realices un presupuesto y no te aprietes el cinturón.






 
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