Si no gastas, no eres feliz

5 Cuentos Navideños: Si no gastas, no eres feliz

"La navidad significa comprar”, “si no gastas no eres feliz”, “entre más obsequios en el árbol más felicidad en tu casa”, son creencias que te llevan en esta temporada a gastar tu sueldo, el aguinaldo, los bonos especiales y hasta comprometer los ingresos futuros —a través del crédito—, pero realmente ¿comprar garantiza mayor felicidad?

¿Recuerdas qué te trajeron Santa o los Reyes Magos cuando tenías cinco años? No vayamos tan lejos ¿recuerdas qué regalos recibiste la navidad pasada? Son hechos pasajeros que se olvidan con el tiempo. Ahora imagínate que en vez de un juguete Santa te hubiera traído un seguro educativo, que hubiera cubierto tus estudios universitarios, actualmente estarías recibiendo los beneficios o el fruto de ellos. O que tal si, en vez de derrochar el año pasado tu aguinaldo en las fiestas decembrinas hubieras invertido ese dinero en un fondo de ahorro o en cetes, ¿cuánto dinero tendrías ahorrado hasta ahora? (Por lo menos contarías con ese dinero en tu bolsillo).

Aprende a distinguir lo que quieres de lo que necesitas: la publicidad puede ser engañosa, puede hacerte creer que necesitas un producto que acabará en el fondo del armario o en el bote de la basura. Antes de adquirir un artículo, pregúntate si en realidad lo necesitas y qué beneficios vas a obtener de él; pero sobre todo si tu presupuesto te permite adquirirlo. Sé más crítico si piensas comprarlo a crédito, pues imagínate estar pagando por un producto que no cumplió con tus expectativas.

En lugar de cambiar tu computadora que aún sirve, sólo por obtener la de última generación, destina ese dinero a liquidar deudas o a crear un fondo para emergencias que te dé la seguridad, que en caso de un incidente (como una enfermedad o quedarte sin empleo), podrás cubrir tus gastos sin problemas.

Haz una lista de las personas a las que quieras regalar algo: revísala bien, quizá puedas borrar a un par de ellas. Compra obsequios económicos o hazlos tú mismo, comprobarás que no es necesario invertir mucho tiempo y dinero para dejar a una persona contenta con un detalle de nuestra parte. El precio del regalo no representa el cariño que sientes por la persona.

“En Navidad se da un patrón: qué tan bien quiero quedar con el otro, y muchas ocasiones los regalos se dan por una cuestión de compromiso. Ten claro, primero, qué es lo que quieres expresar”. Mario Pérez Ladrón, experto en psicofinanzas.

Tampoco debes creerte el cuento de que es obligatorio regalarle algo a cada miembro de la familia. Eso podría afectar considerablemente tus finanzas. Busca los precios más accesibles. Una opción es organizar a la familia y realizar un intercambio poniendo un monto máximo para el costo de los obsequios, de tal forma que cada integrante de tu familia reciba un regalo, con esto ahorrarás una cantidad considerable (que podrías utilizar para otros fines, como la compra de un seguro para tu auto). También, no está mal que cada quien se compre su propio regalo (con pleno conocimiento de qué es lo que se desea o necesita).

Si te gusta estrenar ropa para recibir el año nuevo, fija una cantidad tope y ajústate a ella (no pasará nada si inicias el año con algo bonito que tengas guardado en tu ropero). Considera que enero es un mes de rebajas, lo más recomendable es apartar dinero para hacer estas compras a principio de año. Además de dinero, también ahorrarás tiempo.

Si quieres estrenar un gadget, por ejemplo un teléfono que te permita entrar a internet, pregúntate si harás uso de este servicio (pues si lo contratas en plan, estarás pagando por algo que no requieres). Si quieres un teléfono para tomar fotos quizá puedas conseguir una buena cámara digital por menos de la mitad de lo que cuesta el celular de moda.

Concientiza a tus hijos que escribir una carta a Santa o a los Reyes no es hacer un pedido por correo, dile que cuente qué le pasó en el año, cómo está su familia, si se enfermó el perro y sus planes para el próximo año. Reflexiona con ellos qué pasó con sus regalos del año pasado y enséñales a priorizar sus necesidades. Esto además de ayudarlos a ser más conscientes de lo que quieren y necesitan, cuidará tus finanzas.

Cometes un error si les compras todo lo que quieren sin importar que en enero recurras al empeño de la televisión y hasta el refrigerador. Toma en cuenta que después del 6 de enero los juguetes bajan de precio (puede ser una alternativa: que los Reyes se retrasen un poco ¡no pasará nada!).

“El árbol de Navidad es un símbolo de unión familiar, puedes incluso hacerlo tù mismo con tu familia, puede ser de papel u otro material. Si tienes niños, estas actividades les encantarán”. Mario Pérez Ladrón, experto en psicofinanzas.


 
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